Hablemos de Eficiencia Energética…
- pfabal@bisenergia.com
- 30 nov 2020
- 2 Min. de lectura
Pero antes, les propongo analizar los términos de eficiencia, eficacia y efectividad para poder entender realmente de qué habla el mundo cuando habla de Eficiencia Energética.
Según el diccionario de la Real Academia Española, eficiencia (del latín eficientĭa) es la capacidad de disponer de alguien o algo para conseguir el cumplimiento adecuado de una función.
Bastante amplia la definición ¿verdad?
Tan amplia que suele confundirse con la definición de eficacia: “la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera”.
Eficacia es, entonces, la capacidad de realizar un efecto deseado, esperado o anhelado y eficiencia es, en cambio, la capacidad de lograr el efecto en cuestión con el mínimo de recursos posibles o en el menor tiempo posible.
Por su parte, la efectividad es la conjunción de eficiencia y eficacia, es decir que es el logro del efecto deseado, en el menor tiempo posible y con la menor cantidad de recursos.
La eficiencia, por definición, es adimensional porque no tiene dimensión o unidad específica.
—Pero, Pablo ¿de qué me hablás? ¿Qué es adimensional?
—Sin unidad específica como podrían ser los km/h para la velocidad o los grados centígrados para la temperatura la eficiencia se puede analizar mediante diversos rangos de escalas. Por ejemplo, es común ver en las etiquetas de eficiencia en electrodomésticos letras y colores que los clasifican (de la A a la G o en casos más específicos de la A+++ a la H--- y del verde al rojo).

Pero, a los que nos gustan los números y lo concreto, utilizamos un concepto menos marketinero: el rendimiento.
El rendimiento se identifica con la letra griega minúscula “eta ɳ” (en mayúscula H) que si bien puede o no tener dimensión, se puede siempre dimensionar
Volvamos al diccionario y comparemos las definiciones de eficiencia y rendimiento:
Eficiencia: capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado.
Rendimiento: 1. Producto o utilidad que rinde o da alguien o algo. ‖ 2. Proporción entre el producto o el resultado obtenido y los medios utilizados. ‖ 3. cansancio (‖ falta de fuerzas). ‖ 4. Sumisión, subordinación, humildad. ‖ 5. Obsequiosa expresión de la sujeción a la voluntad de otro en orden a servirlo o complacerlo.
Como verán, según la 2da acepción, el rendimiento es una relación entre lo obtenido y lo utilizado. Arriba dijimos que el rendimiento puede ser dimensional o no: un ejemplo de rendimiento dimensional es toneladas de granos obtenidos por hectárea (unidad: tn/ha) otro ejemplo es el consumo de combustible de un auto por kilómetros recorridos (unidad: l/km). Pero cuando se utiliza la misma unidad para nombrar lo obtenido y lo producido, “energía obtenida” sobre “energía usada”, no posee dimensión. Se recurre entonces a porcentajes: lo habitual es que este cálculo esté comprendido y acotado entre 0 y 1, y se suele usar como porcentaje, donde 0 es 0%, 0,1 es 10% y 1 es 100%. Por eso cada vez que escuchen hablar de eficiencia aparece el concepto de rendimiento (ɳ) y los porcentajes (%).
En la próxima nota hablaremos de cómo leer una etiqueta de eficiencia energética, de eficacia y efectividad.
Ing. Pablo Fabal
escribinos a: info@bisenergia.com o pfabal@bisenergia.com
nos vemos en la próxima nota.
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